Más de un gol de media a lo largo de 6 años no es suficiente. Dos Balones de Oro no son suficientes. Cambiarle la cara a un Madrid que no pasaba de Octavos de Champions no es suficiente. Para mucha gente lo importante es que Cristiano es un arrogante, y eso no se lo van a perdonar. Ahí están, esperando impacientes, para verle fallar un pase, o para ver un gesto distinto a los que piden los gurús deportivos de la prensa. Y entonces, saltan como hienas.
Los mismos que no le perdonan ni una, están deseosos de ver una exhibición de Messi para aplaudirle, para mostrar ese “señorío” del Madrid en el Bernabéu. Esa manera de machacar a los tuyos, y aplaudir al rival a la mínima ocasión posible. Quizá fueron educados para eso. Lo que parece seguro, es que Cristiano acabará mal en el Real Madrid. Si a una persona con un rendimiento jamás visto se le pita a la mínima, ¿qué pasará cuando llegue su verdadero ocaso? Seguramente algunos pedirán que salga a rueda de prensa a pedir perdón por usar gomina, por no darse carreritas demagógicas que levanten las bajas pasiones de los “exigentes” aficionados, por no ser ejemplo para los niños, por no aplaudir los goles de los compañeros.
Algunos aficionados quieren que al Madrid y a Cristiano le vaya mal. Les pone pitar, criticar, ver cómo el Madrid sufre, cómo se desmorona. La razón, muy sencilla. Como toda persona miserable, no soportan el éxito, ni el rendimiento, ni la profesionalidad, porque saben que eso hace más patente su incapacidad y su mediocridad. Lo siento, Cristiano. Pero no habrá olvido ni perdón para ti. No intentes poner como aval tu extraordinario rendimiento. Para ellos, no habrá misericordia.
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