“Cuando un pez nada en un océano, no hay límite en el agua,
No importa lo lejos que nade.
Cuando un pájaro vuela en el cielo, no hay límite en el aire,
No importa lo lejos que vuele.
Sin embargo, jamás el pez o el pájaro han abandonado su elemento.”
Phil Jackson hacía referencia a esta teoría Zen en su libro “Canastas Sagradas”. Una teoría que bien podríamos aplicar al Real Madrid de baloncesto en estos play-off.
En una temporada llena de altibajos, de picos de forma, de cambios y de lesiones. En una temporada marcada por el recuerdo de la excelencia de una temporada perfecta. Una temporada gris oscura, mezcla de negros y blancos… En una temporada así, el Real Madrid está a un paso de conseguir un título más a sumar a una larga lista.
Para llegar hasta aquí, el equipo se ha tenido que reponer de varios reveses y problemas durante todo el año. Ha realizado unos play-off bastante irregulares, en consonancia con lo mostrado hasta el momento durante todo el año. Costaba enlazar dos partidos buenos. Costaba derrotar a rivales del máximo nivel. Esta irregularidad ha calado en una parte de la afición madridista, que no veía capaz de ganar dos partidos seguidos a un rival como el Barcelona (yo mismo, el primero).
Tras un primer partido en el que parecía que si enlazábamos 2-3min seguidos defendiendo bien, nos llevaríamos el primer punto de la eliminatoria, esos 3 segundos finales reflejaron lo que había sido el partido: lo teníamos en las manos (como ese rebote) pero se acabó escapando.
El segundo y tercer partido fueron más parecidos. Un Real Madrid dominante, muy fuerte mentalmente y bordándolo en ataque. Esa confianza que cogíamos en cada posesión, se reflejaba en una defensa mucho más constante que durante el resto de temporada. Sin embargo, el caos volvía a aparecer con parciales que mostraban esa cara B del Real Madrid de este año: inoperante en defensa y embarullado en ataque. Pero este es el medio, el ecosistema del Real Madrid. Y en ese medio se mueve como pez en el agua. Los duros golpes sufridos durante el año, esa mentalidad de campeón y el carácter de muchos de los jugadores, hacían de la debilidad virtud y conseguían llevarse los dos partidos.
Si tenemos que pensar en porqué se han ganado dos partidos seguidos al FC Barcelona (casi tres y dos de ellos en su propia pista), surgen muchas teorías y razonamientos. Todos válidos, todos ciertos: la supremacía de Ayón en la pintura, la "vuelta" de Thompkins, la defensa de Taylor, los enormes partidos de Llull o la mejora física de Rudy. Habrá más, seguro. Pero esa suma de pequeñas/grandes cosas, es lo que ha hecho dar una salto de gigante al equipo.
Quedan dos oportunidades, dos balas. No va a ser fácil, porque este año no ganamos fácil casi nunca. El FC Barcelona nos va a poner dificultades: los triples de Doellman, el juego interior de Tomic, la dirección de Satoransky o esa zona que mostró Pascual al final del tercer partido. Pero este equipo se ha hecho a sí mismo superando obstáculos. En medio del caos. Generando el caos. Este es el medio del Real Madrid de baloncesto.
Cuando el Real Madrid compite, no hay límite en la cancha. No importa lo lejos que juegue...
@bascasss
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