Se cumplen dos años desde que Don Alfredo Di Stéfano nos dejara. Y es que no se fue cualquiera, se fue el más grande. El jugador que cambió la historia de un club grande, pero no el mejor, y que lo llevó hasta el lugar más alto de la historia del fútbol y que todavía hoy en día nadie ha conseguido alcanzar (y se ve difícil que algún día ocurra). Falleció a los 88 años tras ver como el Madrid levantaba la Décima.
Quizás algún día el club haga justicia levantando una estatua en plena Castellana y frente al estadio de Di Stéfano; un coloso enorme que imponga al espectador, que capte toda la épica del personaje y del club. Eso si el Ayuntamiento no pone trabas; capaces son de prohibirlo.
En estos días que tanto se habla del mejor jugador de la historia, resulta sonrojante no pensar en Di Stéfano como uno de los 3 jugadores más increíbles de la historia y desde luego el mejor jugador de club. Y es que haber ganado 5 Copas de Europa y 9 Ligas siendo el jugador fundamental, con una media cercana al gol/partido y marcando 7 goles en las finales de Copa de Europa está solo al alcance del genio argentino.
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